miércoles, 6 de mayo de 2009

UNIVERSIDADES VENEZOLANAS 2025: PROSPECTIVA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA.

Artículo para la Revista arbitrada “Revista Iberoamericana de Educación, de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura”, (OEI), Madrid, España:

UNIVERSIDADES VENEZOLANAS 2025:
PROSPECTIVA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA.
Ing. Ana María Alvarez, MSc.

Analizar el futuro de las Universidades Venezolanas supone responder a una pregunta fundamental y clave: ¿Qué Universidades queremos, veinte años adelante, para que sociedad?

La respuesta es el puente que se establezca entre la sociedad y la vida universitaria, cuyas relaciones están llamadas a ser de reciprocidad y mutuo enriquecimiento. La sociedad necesita de la educación superior para alcanzar el equilibrio en el bienestar social y económico y, a su vez, la universidad requiere estar armonizada con la sociedad para poder incidir en ella.

Sin embargo, hablar de sociedad, parecería un término un tanto ambiguo, porque en realidad los que están implicados en este proceso son los cuatro actores sociales protagónicos del desarrollo.

El estado: creado por la sociedad para que fuera su organizador y su conductor en la búsqueda del bienestar general.

Los medios de producción de bienes y de servicios: que son los generadores de la riqueza.

La sociedad civil: entendida como la sumatoria organizada de individuos que persiguen su bienestar.

La Universidad: entendida como la generación y transmisión del conocimiento y, por extensión, todo el sistema educativo.
Las relaciones existentes entre estos cuatro actores sociales no siempre han sido de cooperación y armonía, generalmente porque no se ha entendido el papel que juega el “conocimiento”, función y razón de ser de la Universidad.

El conocimiento ha sido comparado a la luz y por ende a las ventajas que ella trae. El conocimiento, al igual que la luz, ilumina, disipa las tinieblas, elimina o al menos disminuye la ignorancia. Por esta razón es apetecido y por la misma causa es esquivado. Es importante constatar que si analizamos las funciones de los cuatro actores sociales, es la función del “conocimiento” la que cumple la misión más importante. En efecto: el estado organiza, la producción genera riqueza y la comunidad recibe beneficios. Pero es la Universidad quien ilustra todo lo anterior con la luz de la ciencia.

La generación y el manejo de la ciencia es pieza fundamental en la generación del bienestar. Esta función acredita y enaltece la actividad universitaria, pero al mismo tiempo le plantea desafíos:

¿Cuál ciencia?
¿Qué relaciones hay entre la ciencia y el hombre?
¿La ciencia es para todos?
¿Cómo adquirir la ciencia?
¿La Universidad puede sola cumplir su función de generadora de conocimiento?
¿Cómo realizar un análisis prospectivo hacia un futuro deseado?

Para operacionalizar estos desafíos nos servimos de los principios y las herramientas de la Prospectiva, disciplina que tiene como finalidad escrutar y concebir el futuro para obrar con mayor claridad en el presente. Por esta razón, este artículo muestra la identificación de los factores que caracterizan la situación actual de las Universidades Venezolanas, para de allí determinar las “variables estratégicas” que las concretan y definen. Estas condiciones iniciales permiten señalar su proyección y evolución en materia de ciencia y tecnología por medio de los escenarios que marcan su posible evolución al horizonte del año 2025.

UNIVERSIDADES VENEZOLANAS 2025:
PROSPECTIVA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA.

VENEZUELAN UNIVERSITIES 2025:
FUTUROLOGY OF THE SCIENTIFIC AND TECHNOLOGICAL INVESTIGATION (RESEARCH).

Ing. Ana María Alvarez, MSc.
Universidad Nacional Abierta. Caracas – Venezuela.
alvareznicolau@hotmail.com

RESUMEN
Durante el primer quinquenio de este nuevo milenio, el estado venezolano, desplegó importantes esfuerzos para que las actividades de investigación científica y desarrollo tecnológico que se realizan desde las diferentes Universidades Venezolanas tuviese un lugar privilegiado, inclusive por encima de la actividad de docencia y extensión, con miras a profundizar la indagación exitosa de la realidad venezolana en todos los campos del quehacer, estimulando la formación de investigadores pertenecientes a la planta docente de las Universidades para ejercer la conducción de investigaciones con la rigurosidad, amplitud, sabiduría e inteligencia que demandan las situaciones cambiantes de hoy. En sintonía con esta iniciativa, y desde una óptica transdiciplinaria, este artículo intenta llamar la atención sobre la pertinencia de los estudios prospectivos como insumos para la readecuación de estas iniciativas gubernamentales ante los retos y desafíos que encierra el futuro de la actividad de investigación en Venezuela durante el presente siglo.
Palabras clave: estudios prospectivos, investigación científica, desarrollo tecnológico, universidad.

ABSTRACT
During the first five year period of this new millenium, the Venezuelan condition (state), it opened important efforts in order that the activities of scientific investigation (research) and technological development that are realized from the different Venezuelan Universities were taken place by it, inclusive over the activity of teaching and extension, with a view to deepening the successful investigation of the Venezuelan reality in all the fields of the occupation, stimulating the formation (training) of investigators (researchers) belonging to the educational plant (floor) of the Universities to exercise the conduction (driving) of investigations (researches) with the rigor, extent, wisdom and intelligence that the changeable situations of today demand. In tuning in with this initiative, and from an optics transdiciplinaria, this article tries to call the attention on the relevancy of the market studies as inputs for the readequacy of these governmental initiatives before the challenges and challenges that there encloses the future of the activity of investigation (research) in Venezuela during the present century.
Key words: market studies, scientific investigation (research), technological development, university.

CONSIDERACIONES INICIALES: UNA MIRADA A LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA EN LAS UNIVERSIDADES VENEZOLANAS.

Analizar el futuro de las Universidades Venezolanas supone responder a una pregunta fundamental y clave: ¿Qué Universidades queremos, veinte años adelante, y para que sociedad?.

La respuesta es el puente que se establezca entre la sociedad y la vida universitaria, cuyas relaciones están llamadas a ser de reciprocidad y mutuo enriquecimiento. La sociedad necesita de la educación superior para alcanzar el equilibrio en el bienestar social y económico y, a su vez, la universidad requiere estar armonizada con la sociedad para poder incidir en ella.

Sin embargo, hablar de sociedad, parecería un término un tanto ambiguo, porque en realidad los que están implicados en este proceso son los cuatro actores sociales protagónicos del desarrollo.

El estado: creado por la sociedad para que fuera su organizador y su conductor en la búsqueda del bienestar general.
Los medios de producción de bienes y de servicios: que son los generadores de la riqueza.
La sociedad civil: entendida como la sumatoria organizada de individuos que persiguen su bienestar.
La Universidad: entendida como la generación y transmisión del conocimiento y, por extensión, todo el sistema educativo.

Las relaciones existentes entre estos cuatro actores sociales no siempre han sido de cooperación y armonía, generalmente porque no se ha entendido el papel que juega el “conocimiento”, función y razón de ser de la Universidad.

El conocimiento ha sido comparado a la luz y por ende a las ventajas que ella trae. El conocimiento, al igual que la luz, ilumina, disipa las tinieblas, elimina o al menos disminuye la ignorancia. Por esta razón es apetecido y por la misma causa es esquivado. Es importante constatar que si analizamos las funciones de los cuatro actores sociales, es la función del “conocimiento” la que cumple la misión más importante. En efecto: el estado organiza, la producción genera riqueza y la comunidad recibe beneficios. Pero es la Universidad quien ilustra todo lo anterior con la luz de la ciencia.

La generación y el manejo de la ciencia es pieza fundamental en la generación del bienestar. Esta función acredita y enaltece la actividad universitaria, pero al mismo tiempo le plantea desafíos:

¿Cuál ciencia?
¿Qué relaciones hay entre la ciencia y el hombre?
¿La ciencia es para todos?
¿Cómo adquirir la ciencia?
¿La Universidad puede sola cumplir su función de generadora de conocimiento?
¿Cómo realizar un análisis prospectivo hacia un futuro deseado?

Para operacionalizar estos desafíos nos servimos de los principios y las herramientas de la Prospectiva, disciplina que tiene como finalidad escrutar y concebir el futuro para obrar con mayor claridad en el presente. Por esta razón, este artículo muestra la identificación de los factores que caracterizan la situación actual de las Universidades Venezolanas, para de allí determinar las “variables estratégicas” que las concretan y definen. Estas condiciones iniciales permiten señalar su proyección en materia de ciencia y tecnología por medio de los escenarios que marcan su posible evolución al horizonte del año 2025.

Sumado a esto, la necesidad de transformación del estado venezolano, expresadas en el Plan de Desarrollo Económico y Social (2000-2007), propicia un asidero para que las instituciones de Educación Superior y en particular las Universidades Nacionales exploren oportunidades de fortalecimiento de la actividad de Investigación, en aquellas áreas que han sido consideradas como prioritarias para el desarrollo del país, las cuales son impulsadas por la actual Administración de la República Bolivariana de Venezuela, tanto a través del Ministerio de Educación Superior (MES) como del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), entes encargados de coordinar y controlar los planes y desarrollo de Investigación en Venezuela, como máximos órganos rectores de la materia.

Pero más allá de la importancia y justificación que reviste este aspecto para el desarrollo de esta actividad en el seno de dichas instituciones; se encuentra la voluntad de la masa crítica de docentes e investigadores, así como autoridades de un buen número de instituciones de educación superior, consideradas como “Emergentes”, quienes están dando el viraje requerido para alinear esta actividad con los planes de desarrollo del país y tomar así las decisiones necesarias con el objeto de llevar a feliz término programas novedosos de promoción a la actividad de Investigación que se desarrolla en su seno.

De esta forma empiezan a surgir las primeras demandas reales en esta materia en el país, que se intentarán satisfacer con una distribución diferente de los presupuestos que hasta ahora le eran asignados a las Universidades Nacionales para la actividad de investigación, en virtud de que hasta la fecha estos presupuestos eran asignados atendiendo a criterios estrictamente cientificistas, desconociendo la pertinencia de los esfuerzos investigativos desplegados por las Universidades Nacionales con pertinencia social a nivel nacional, regional y local, evidenciándose la necesidad de que las Universidades Nacionales en su conjunto investiguen sobre los cambios y los impactos que ya se están produciendo en todas las instancias de la realidad Venezolana, y que no sólo son motorizados desde las Universidades, si no desde las alcaldías, gobernaciones, así como los ministerios y otras organizaciones que conforman el aparato público y privado que de igual forma están acometiendo programas de esta naturaleza.

No obstante la visión optimista que subyace detrás de esta propuesta en lo relativo a la Investigación Universitaria, la cual apunta no solo a fortalecer capacidades institucionales y competencias en materia de investigación con pertinencia social y calidad, dicha propuesta en sí misma entraña serias complejidades a la hora de encarar su desarrollo; dado los esquemas tradicionales que en materia de Planificación de la Investigación prevalecen en las Universidades Venezolanas, los cuales se centran en el más tradicional academicismo y cientificismo, producto de las estructuras de pensamiento cartesianas, jerarquizadas, y excesivamente rígidas, heredadas del pasado, que colocan de antemano al investigador separado de la realidad social que se desea intervenir con actividades de investigación, lo cual contrasta con las características propias del arquetipo de Investigación requerida por nuestra realidad, impregnada por su dinamismo y flexibilidad ante los tiempos de transformación que vivimos.

En tal sentido cabría preguntarse ¿Desde que perspectivas o dimensiones debe realizarse la investigación en un país como el nuestro?, ¿Cómo enseñar y construir metodologías, variables e indicadores que permitan cuantificar y valorar la actividad de investigación, mas allá de la concepción academicista prevaleciente?, ¿Cómo fortalecer competencias para que los esfuerzos investigativos a ser desplegados por diferentes instancias involucradas en procesos investigativos sean la base para resolver los problemas del desarrollo, orientada a sustentar la planificación del desarrollo nacional?

Las interrogantes antes formuladas, constituyen sólo un aspecto, de los muchos que justifican la necesidad de emprender una verdadera transformación en la actividad de investigación que hoy despliegan las Universidades Nacionales, las cuales paradójicamente cuentan con los profesionales que puedan investigar y gerenciar procesos de investigación que den razón de los cambios que supone la implantación de un proyecto de país de cara a minimizar las múltiples necesidades que se han gestado en el seno de la sociedad venezolana.
ÓPTICA PROSPECTIVA Y ESTADO DEL ARTE.

La prospectiva puede entenderse como un ejercicio de producción de información sobre tendencias, que tiene entre sus objetivos elaborar escenarios sobre futuros posibles. Se trata, en definitiva, de aproximarse al futuro, no sólo por los datos del pasado sino también teniendo en cuenta, en la medida de lo posible, las tendencias futuras de las variables (cuantitativas y cualitativas), así como los comportamientos de los actores implicados en los distintos procesos. Los enfoques pueden ser tanto descriptivos como normativos, y pueden ser cuantitativos y cualitativos. La prospectiva es, sin embargo, un campo poco desarrollado en las Universidades Venezolanas. El presente artículo pretende contribuir a llenar esa laguna, analizando los cambios que están teniendo lugar, y los retos y las posibilidades que tendrá que afrontar la Educación Superior en Venezuela en la próxima década.

La prospectiva consiste, dicho en términos simples, en mirar el futuro para esclarecer y cualificar la acción presente. Las políticas públicas en materia de ciencia y tecnología y la prospectiva tienen una relación de influencia mutua. La creciente complejidad de las políticas públicas en materia de ciencia y tecnología y su correcto diseño e impacto dependen cada vez más del conocimiento de las tendencias y de las relaciones entre múltiples factores y variables, ya que los elementos que contribuyen a procesos de cambio social son muchos. Los responsables de estas políticas públicas han venido demandando cada vez más conocimiento e información sobre la evolución futura de sistemas complejos. Por otra parte, en alguna de estas políticas públicas, la fijación de objetivos contribuye a la aparición de análisis prospectivos que dibujen las posibilidades de consecución de esos objetivos en distintos escenarios para la investigación científica y el desarrollo tecnológico.

INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA: ¿ESCENARIOS PROSPECTIVOS?.

La actual ola de descubrimientos científicos y avances técnicos proporciona oportunidades sin precedentes para el crecimiento económico y el bienestar social. Sin embargo, esto sólo será posible si el rápido crecimiento en nuevos conocimientos es efectivamente explotado y genera innovación.

Si entendemos la innovación como la capacidad de gestionar el conocimiento con creatividad en respuesta a las demandas articuladas desde el mercado y/o la sociedad; cabe destacar en primer lugar que resulta difícil concebir como elementos claramente separados la generación de conocimiento y la innovación no están más bien reforzados mutuamente en la medida que se practican. La ciencia es cada vez más tecnológica y sus avances requieren cada vez más de los avances tecnológicos y de las innovaciones. En este sentido el “sistema de innovación” no sólo se conecta con el “sistema de investigación” para explotar el conocimiento recibido de él, sino que, las fronteras de ambos sistemas se harán cada vez más difíciles de distinguir, siguiendo la línea señalada por diversos autores de que no todo el nuevo conocimiento certificado se produce dentro del sistema de investigación.

En segundo lugar, el “sistema de investigación” y, por extensión, el “sistema de innovación” serán en el futuro más complejos y dinámicos, con mayor ubicuidad (globalización – localización) y, sobre todo, con mayor número de interrelaciones (redes) entre sí y con otros sistemas, de forma que el potencial de distribución del conocimiento será uno de los mayores determinantes de prosperidad. En este sentido, la acción del gobierno y de las políticas públicas en materia de ciencia y tecnología será fundamental pero no solo por su capacidad de condicionar el gasto público de I + D y promover conductas innovadoras en las empresas, sino sobre todo por su capacidad de fomentar las interrelaciones entre las diferentes instituciones, la vías de participación en la explotación de las trayectorias tecnológicas que configuran la innovación, la creación de espacios sociales para la ciencia, la tecnología y la innovación, preocupaciones de naturaleza ética y social al tratar temas cuyos efectos en la sociedad puedan tener repercusiones de gran alcance, y, en definitiva, por facilitar la transparencia, credibilidad y aceptabilidad de los procesos de decisión en ciencia, tecnología e innovación; es decir, fomentando la dimensión democrática en estos espacios.

Desde el punto de vista del papel de la prospectiva el objetivo es definir las tecnologías consideradas críticas a medio y largo plazo junto con las líneas de investigación y desarrollo que se necesitan. Esta información es lo que se necesita conocer hoy para llegar a ese futuro deseado. La prospectiva debe considerarse una herramienta capaz de generar información que puede ser utilizada para definir políticas de I + D + I; por tanto contribuye al sistema de investigación generando conocimiento utilizable por todos sus actores.

En esos términos, los modelos prospectivos en materia de investigación tendrán que repensar la estrategia gerencial desde nuevas perspectivas, integradas con la finalidad de construir nuevos escenarios posibles y deseables, en busca de equilibrios activos entre el conocimiento, las capacidades y las actitudes de los actores involucrados en la acción-anticipación prospectiva.

Se trata de convertir la investigación que se realiza en las Universidades Venezolanas en un instrumento para la creatividad, capaz de integrar la capacidad de aprender, la de hacer y la de ser, impulsando la realización individual y la proyección social del individuo autónomo hacia su entorno, en una relación constructiva y solidaria. Debido a que el conocimiento seguirá siendo un activo determinante en el desarrollo de las sociedades, se deberá propiciar un proceso en que las actividades de investigación busquen producirlo y transferirlo dentro y fuera de la universidad en condiciones de equidad entre los diferentes grupos sociales.

El avance de la ciencia y la tecnología, lo mismo que los nuevos esquemas tecnológicos, deberán permitir el acceso a la mayoría de los ciudadanos a los códigos de la postmodernidad, que les permitan desarrollar sus potencialidades creativas, dentro de la inmensa variedad de opciones que seguramente crecerán en las sociedades del mundo (Guerra, 1999: 19)[1].

Lo antes expuesto es quizá lo que obligará, desde hoy y con la mirada puesta en el mañana, a hacer que la investigación extienda la cobertura y la calidad del servicio y del conocimiento que ofrece, a través de mecanismos de redistribución vinculados a políticas de crecimiento económico y de bienestar social.

Es importante destacar en este punto que en la cooperación asociada a la producción de conocimiento, la universidad tiene la oportunidad de lograr beneficios debido a las diversas oportunidades de acceso a aprendizajes vinculados a la actividad empresarial y sus procesos productivos y tecnologías de producción, que permitirían estimular el desarrollo de futuras investigaciones, y al mismo tiempo propiciar la búsqueda de teorías y aplicaciones de mayor alcance.

Por esta vía, la sinergia entre la universidad y el sector productivo ha dado lugar a la conformación de la universidad corporativa como ámbito donde se integra la academia, la investigación y la industria, fortaleciéndose las funciones y el logro de los objetivos de cada una de ellas, y que independientemente definen su existencia y pertinencia social.

PROPUESTAS Y ESCENARIOS PARA EL CAMBIO.

A partir del marco referencial descrito, de las metas, riesgos y desafíos que impone el acceso a la sociedad del conocimiento, y de los pocos avances y mayores desaciertos de las Universidades Venezolanas se intenta mostrar una fotografía más cierta de los escenarios factibles y deseables, en cuanto a su cobertura, calidad y pertinencia.

En este sentido se puede señalar, a grandes rasgos, algunas propuestas para orientar los escenarios de la investigación científica y del desarrollo tecnológico en las Universidades Venezolanas hacia el año 2025:

En primer lugar, en lo referente al personal investigador, es necesario mencionar tres políticas básicas a tratar: a) la profesionalización de la actividad de I + D+ I; b) la valoración de las actividades de I + D en el sistema público; y c) la promoción de “gestores de innovación” en las empresas; para poder instaurar estos nuevos escenarios es necesario establecer las siguientes estrategias de actuación:

· Hay que vender la percepción de que la investigación no es una mera vocación sino una opción profesional de gran interés presente y futuro, tanto en el sistema público, en las universidades, como en las empresas. Para profesionalizar la actividad de I + D + I habría que promover esa percepción en la enseñanza media y superior, así como en la sociedad.
· Hay también que valorar, en el sistema público de evaluación de la carrera profesional del investigador (y equilibrando así el peso de las publicaciones), las actividades de I +D en proyectos que se realizan en cooperación con las universidades y las empresas, en el ámbito de los programas nacionales.
· Habría finalmente que promover, mediante propuestas atractivas, y ya sea a través de la formación de personal propio o de la contratación externa, la incorporación a las universidades y a las empresas de “gestores de innovación”. Se trataría de lideres o coordinadores de proyectos de I + D + I en las universidades y empresas y por tanto interlocutores ideales con el sistema global de ciencia y tecnología; para ello, habría que implementar seminarios o cursos de formación validados por el Ministerio de Educación Superior de esos “gestores de la innovación”.
En segundo lugar, en cuanto a los desafíos que tiene el sistema de ciencia y tecnología y su imbricación empresarial; es necesario: a) proteger el conocimiento en las universidades y en las empresas; b) llegar a acuerdos de colaboración estable a medio plazo; c) crear empresas de generación de desarrollo tecnológico e innovación; entre las estrategias relacionadas a estos escenarios cabe mencionar las siguientes:
· Es preciso fomentar desde la administración pública iniciativas y acciones estratégicas para promover la protección del conocimiento en el conjunto del ámbito del sistema ciencia-tecnología-universidad-empresa (por ejemplo, aplicar incentivos específicos a la generación de patentes).
· Asimismo es necesario desarrollar nuevos mecanismos e instrumentos, más específicos que los actuales, para la transferencia de tecnología a las empresas, a las universidades y para su implementación.
· Resultaría también conveniente promover e incentivar económicamente acuerdos de colaboración estable para el desarrollo de proyectos de I + D en programas a mediano plazo entre organismos, universidades y entidades del sistema público de ciencia y tecnología y las empresas.
· Finalmente sería aconsejable apoyar la existencia de iniciativas privadas, orientadas al desarrollo tecnológico y a la innovación, que serían generadores de conocimientos I + D + I disponibles para terceros.

En tercer lugar, para poder llevar a cabo estas políticas estratégicas; en lo referente al personal investigador, y a los desafíos que tiene el sistema de ciencia y tecnología, se debería ante todo: a) estar orientadas a las necesidades reales, b) focalizar las prioridades en programas clave, y c) considerar las tecnologías emergentes.

En consecuencia, el Estado Venezolano tendría que diseñar una estrategia y manera de hacer política tecnológica diferente, lo que implica el necesario desarrollo de un modelo propio.

A MANERA DE CONCLUSIÓN.

La investigación científica y el desarrollo tecnológico en la Universidades Venezolanas en tiempos de transformación, habrá de repensarse de forma tal que esta pueda organizarse en torno no a intereses individuales o de pequeños grupos de investigadores que hoy despliegan importantes esfuerzos investigativos, pero que no tienen mayor impacto social. En consecuencia habrá que dar un salto para pasar a un despliegue masivo de esfuerzos investigativos que converjan alrededor de las grandes líneas que dibuja el Plan Económico-Político y Social de la Nación. Estas, constituyen un verdadero espacio para la indagación, análisis y evaluación del fenómeno economico-político-social, donde habrán de conformarse grupos críticos para la acción, los cuales, están íntimamente comprometidos con el proceso investigativo.

Como consecuencia, la investigación científica y el desarrollo tecnológico en las Universidades Venezolanas habrá de concebirse como el esfuerzo sistemático de carácter intelectual y académico, realizado por grupos de docentes y estudiantes universitarios de pregrado y postgrado que, organizados con un determinado grado de formalidad dentro de una o mas universidades, abordarán de forma cooperativa e inter y trasdisciplinariamente un área del conocimiento y dentro de ejes temáticos prioritarios para el país susceptibles de ser problematizados, con el propósito de generar conocimientos destinados a explicar y/o mejorar determinados aspectos de la realidad nacional, regional o local.

A partir de una plataforma científica-académica, que habrá de repensarse, la investigación universitaria brindaría su apoyo a las actividades de docencia y extensión de las universidades que guardan relación con estas áreas del conocimiento, y con las metodologías y con los problemas de la realidad nacional, regional o local que constituyen el foco de su atención.

Para estos propósitos, habrá que desarrollar en teorías, métodos y técnicas extraídos inicialmente de la literatura científica correspondiente a un conjunto de disciplinas de las llamadas ciencias duras o blandas, según sea el caso, que aportan variados fundamentos epistemológicos, teóricos, metodológicos y técnicos para el estudio científico de los hechos y procesos que el grupo ha escogido como tema de investigación.

Sumado de lo anterior, creemos que la investigación científica y el desarrollo tecnológico universitario ha de servir de apoyo al proceso de transformación institucional en cuanto a la adopción de nuevos modos de pensar y actuar en materia de investigación, de forma que esta actividad tenga la pertinencia social que de ella se espera y que se materialice con los resultados de la investigación que se realiza.

ANÁLISIS CRÍTICO. CONTRIBUCIÓN CON LA INVESTIGACIÓN DOCTORAL

El punto de partida, compartido por muchos estudiosos de la materia en el mundo entero, es que las Universidades se encuentran en un proceso de cambio profundo.

El papel futuro de las universidades está condicionado por las opciones que tome la sociedad en su conjunto en múltiples aspectos y, en particular, en la forma de cubrir sus necesidades de educación superior y de I+D+I. Por otra parte, el cambio de una institución como la Universidad debe realizarse con una visión a largo plazo, aunque las actuaciones sean urgentes. El mayor problema es que predecir evoluciones a 15 años no es factible, con un mínimo de solvencia, dado el amplio número de factores condicionantes. La solución técnica consiste en enfocar el problema como un ejercicio de imaginación (con bases lo más sólidas posibles) en lugar de como una predicción con la que se intenta “acertar” un futuro tan incierto.

La consecuencia de este enfoque prospectivo es que los futuros que podemos imaginarnos (con cierto realismo) son múltiples. En términos más precisos, el objetivo es diseñar escenarios de futuro, explicitando las fuerzas del cambio, los condicionantes y las estrategias alternativas para caminar hacia los escenarios más adecuados.

Uno de los centros internacionales más comprometidos en la aplicación de estos enfoques a las Universidades es el IPTS (Institute for Prospective Technological Studies), perteneciente a la red de Joint Research Centres establecida por la Comisión Europea.

Dado que la globalidad de la educación superior y de la investigación parece ser una nota predominante generalmente admitida, es habitual que los escenarios diseñados para las universidades consideren la interacción entre políticas de diferentes países del mundo.

Así Rojas (1999) se refiere a una visión desde el mundo en vías de desarrollo y considera cinco aspectos:

• Dimensión global.
• Drenaje de cerebros.
• Papel de las universidades en el desarrollo de cada región.
• Instituciones superiores no-universitarias.
• Dimensión política de las reformas.

Mojica (1999) concreta los siguientes aspectos:

• Bases de la política de investigación.
• Coordinación de políticas entre universidades.
• Localización de los grandes centros de educación superior e investigación.
• Agenda de investigación a escala comunitaria.
• Movilidad de investigadores, profesores y estudiantes.
• Integración de actividad (entre universidades).
• Infraestructura investigadora.
• Sistema de innovación y cooperación entre agentes claves.
• Servicios a la innovación (información, consultoría, incubación).
• Estructura financiera.
• Prácticas y métodos de preparación de políticas públicas.

El punto de partida es, necesariamente, el reconocimiento explícito de que las universidades actuales y, en particular, las universidades venezolanas no tienen el monopolio de la educación superior ni de la investigación.

Entre las tendencias futuras que plantea Mojica (1999) referidas a los cambios institucionales en educación superior e investigación cabria hacerse la pregunta clave: ¿Perderán las universidades (y otras instituciones académicas convencionales) el monopolio en términos de legitimación y validación del conocimiento?. Debido a esto ya se observa en el campo docente nuevos “productores de servicios” como, por ejemplo:

• Empresas, tales como las editoriales, con ambición de vender servicios educativos y no sólo libros.
• Organizadores de estudios / grados operando sin un equipo académico propio, sino por convenios de colaboración entre empresas y universidades.
• Grandes empresas que establecen sus propias “universidades”.
• Centros públicos de investigación que desarrollan universidades virtuales.
• Organizaciones de selección y acreditación de certificados, diplomas y cursos, a escala nacional o mundial.
• Nuevos servicios, hoy día aún no disponibles pero que serán variantes de los que prestan instituciones actuales o inventados por nuevas organizaciones.

Respecto al campo de la investigación, se comenta la creciente importancia de:

• Organizaciones privadas de investigación.
• Organizaciones sin ánimos de lucro.
• Agencias gubernamentales.
• Empresas consultoras y de investigación de mercados.
• Grupos de interés, asociaciones comerciales o de consumidores.

En todo caso, deben añadirse a estos nuevos agentes en educación / investigación, la amplia variedad de universidades en un proceso de diversificación que se considera como un rasgo común a los más diversos escenarios. Las universidades serán diferentes por sus actividades (balance entre enseñanza, investigación y extensión); organización (eficiencia, costes, excelencia,); internacionalización (preponderancia del ámbito regional, nacional, o global); tamaño (de pequeños centros a megauniversidades, aprovechando las potencialidades del e-learning); propiedad / dependencias (pública o privada; nacionales o internacionales; diversos grados de cooperación con otras instituciones, etc).

Los escenarios deben considerar, en general, esta diversidad institucional con que las universidades actuales deben contar. El principal objetivo de la elaboración de escenarios es reflexionar sobre los futuros posibles, las consecuencias de no adelantarse a los acontecimientos y las líneas estratégicas potenciales de actuación. El escenario actual de las Universidades Venezolanas se caracteriza por:

•Tradicional sin cambios: resistencia al cambio con adaptación pasiva y limitada.
•Nacional / local: las universidades tienden a encerrarse en su entorno geográfico.
•Tradicional pública renovada: enseñanza preferentemente presencial, combinada con investigación, pero adaptada a los tiempos en cuanto a globalización, gestión más eficaz y colaboración institucional.
•Global /on-line / redes: predominio del uso de las TIC´s e incorporación a redes.
•Global / especialización / mercado: planteamiento global pero buscando “nichos de mercado” y con fuerte competencia de la iniciativa privada.

Naturalmente, no puede pensarse en prototipos puros, sino en múltiples matices y variantes dentro de la heterogeneidad entre instituciones. Sin embargo, lo más probable es que todas las universidades vayan a compartir algunos rasgos comunes sea cual fuere la opción estratégica que adopten. Una posible selección de estos rasgos característicos apunta a cambios en el tipo de alumnos, enseñanzas más flexibles, cooperación entre universidades y con otros centros, interdisciplinariedad, especialización, movilidad y nuevas formas de gestión.

Algunos rasgos comunes de las Universidades Venezolanas en escenarios futuros son los siguientes:

1. Los alumnos irán cambiando: mayor peso de la formación de adultos para reciclaje e inquietudes intelectuales de la población creciente de jubilados.
2. Mayor flexibilidad en elección de programas de estudios (curriculum), y en la forma de seguir el proceso de aprendizaje (presencial / on line; en casa / en trabajo / en clase).
3. Creciente cooperación entre universidades a escala nacional e internacional para ofrecer productos de prestigio aprovechando lo mejor de cada universidad.
4. Incremento de programas inter-disciplinares y en colaboración con instituciones extrauniversitarias (empresas, fundaciones, centros públicos y privados de enseñanza e investigación).
5. Necesidad de especialización para cada universidad en un entorno de competencia creciente con otros centros de educación superior (universidades públicas, privadas, corporativas nacionales o internacionales).
6. Transformación organizativa profunda para responder a estas exigencias de cambio.
7. Prioridad a la movilidad de profesores y alumnos, así como a la formación en idiomas (especialmente en inglés).
8. Predominio creciente, en general, de la función educativa sobre la de investigación y de la investigación cooperativa (con otras universidades o centros nacionales o internacionales de investigación).

Independientemente de cuál sea la opción adoptada ante los cambios previstos, parece necesario (y, en estos momentos, de acusada urgencia) romper con un cierto inmovilismo y la confusión de ideas que afectan a las universidades venezolanas, a las administraciones responsables de educación / investigación y a la sociedad en su conjunto.

El imaginarse el futuro de las universidades venezolanas, dependerá de los diversos entornos posibles y según se reaccione de forma reactiva o proactiva; dejándose llevar por las tendencias, oponiéndose a las fuerzas del cambio o vislumbrando el futuro deseado y la estrategia para alcanzarlo.

Posiblemente esta revisión más que soluciones nos plantea preguntas. Pensando en las universidades venezolanas y en el momento actual, sería conveniente (urgente) debatir las posibles respuestas a cuestiones tales como las siguientes:

•Aceptado que la misión de la Universidad incluye educar, investigar y contribuir al desarrollo económico y social (“tercera misión”), ¿qué prioridad dar a cada uno de estos componentes?
•¿Cuál es el reparto adecuado de esfuerzo entre investigación y docencia?. ¿Todas las universidades por igual?. ¿Se debe diferenciar radicalmente por universidades (un número limitado de instituciones elitistas dedicadas a investigación)?. ¿Por centros (unos pocos institutos o departamentos)?. ¿Concentrar esfuerzos en ciertos profesores especialmente competentes en investigación de alta calidad?.
•Admitido que un objetivo común a todas las universidades es la búsqueda de calidad, pero que no todas pueden alcanzar niveles de excelencia, ¿debe primar un criterio de igualación (ayudar a mejorar a las universidades o centros más atrasados) o el liderazgo (buscar la máxima excelencia para las universidades más preparadas de una región)?. Dada la multiplicidad geográfica de universidades, ¿tendría sentido concentrar esfuerzos en busca de esta mayor calidad?
•Existe una clara tendencia a la globalización del conocimiento (enseñanza e investigación). ¿Significa esto que debe autorizarse la instalación de universidades de otros países?. ¿Debe priorizarse la búsqueda de profesores y estudiantes extranjeros?. ¿Hay que promover consorcios de universidades?. ¿Hay que diseñar planes especiales para la difusión universitaria (profesores y alumnos) del inglés y una acción estratégica en relación con Latinoamérica?.
•Existe un acuerdo general en que debe evaluarse la calidad de las actividades docentes e investigadoras de los profesores universitarios, pero ¿qué evaluar y con qué peso?. ¿La prioridad debe ser para el conocimiento codificado (para especialistas) en investigación básica?. ¿Qué valor asignar a la investigación aplicada, la investigación bajo contrato, la difusión de conocimiento o los esfuerzos de innovación docente?.
•Una mejor utilización de los recursos disponibles en educación superior e investigación parece conducir a una especialización y diversificación de tareas entre universidades. ¿Hasta dónde debe llegar la autonomía de las universidades públicas?. ¿Qué requisitos deben darse para una autonomía real y efectiva?. ¿No supone esta autonomía cambios en la financiación y utilización de recursos, en la estructura de personal y en la gestión institucional?.
•En particular, en cuanto a la financiación universitaria, ¿qué papel deben tener las fuentes de ingresos como los patrocinios y contratos con empresas o las matrículas de estudiantes?. ¿El criterio de asignación del presupuesto público debe ser en función del número de profesores y alumnos o también valorando la calidad en docencia e investigación?. ¿Debe garantizarse la rendición de cuentas?.
•En lo referente a la estructura de personal, ¿cuál debe ser la política de contratación, promoción, jubilaciones y asignación de recursos por centros y áreas de conocimiento? ¿Debe garantizarse la movilidad del profesorado y la contratación internacional?
•Parece que los nuevos tiempos exigen una gestión más eficiente de las universidades. ¿Supone esto dar mayor poder a la gerencia, potenciar la participación activa de los actores del proceso o contratar ejecutivos externos para la gestión?. ¿Hasta dónde aceptamos una estructura más jerarquizada?.
•La nueva Ley de Ciencia y Tecnología, declara, que los espacios de enseñanza superior e investigación son una referencia obligada para todas nuestras Universidades Venezolanas. Pero, ¿se han difundido suficientemente estas ideas entre profesores y alumnos?. ¿Qué opinan otros grupos de interés y la sociedad en general? ¿Se están cumpliendo objetivos?.
•Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, junto a los procesos de globalización, están abriendo posibilidades a la educación no presencial. ¿Hasta dónde la educación a distancia puede y debe ser una componente de la actividad de cualquier universidad?. ¿Cómo estimular y valorar la calidad y trascendencia internacional de las innovaciones docentes?.
•¿Qué requisitos debe cumplir el Plan Estratégico de una universidad para que sea una guía real de actuación con un horizonte suficientemente amplio para posibilitar la adaptación a los cambios profundos que están produciéndose?. ¿Puede calificarse de Plan Estratégico un conjunto de buenas intenciones sin objetivos cuantificables o sin procedimientos de valoración y revisión?

La propuesta que aquí presento, apunta a reflexionar sobre la necesidad que tenemos como integrantes de la academia, de no quedarnos al margen como simples observadores que contemplan los avances que día a día surgen en materia de investigación. El reconocimiento de que es necesario emprender iniciativas de transformación y modernización de las actividades medulares de las instituciones de educación superior venezolanas, apalancadas en las nuevas tecnologías, inexorablemente traerán como resultado nuevas formas de hacer y de pensar los procesos de docencia, investigación y extensión, y quizás con ello la emergencia de nuevas tipologías organizacionales, para dar respuesta con transparencia y celeridad a las demandas de una sociedad cada vez más compleja y cambiante.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.

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Didriksson, A. (1999): Tendencias de la Educación Superior al fin de siglo: Escenarios de cambio (Libro en línea). Disponible: www.esumer.edu.cu/ponencia_cuba.html (Consulta: Enero, 2008).

Escadón, R. (1999): Naturaleza y alcance de la relación Universidad–Sector Productivo, Venezuela, Editorial de la Universidad del Zulia.

Gonzalez, P. (1999): La educación en el siglo XXI: propuestas y escenarios, México, Noriega Editores.

Godet, M. (1979): The crisis in forecasting and the emergence of the porspective approach, New York, USA, Pergamon Press.

Guerra, D. (1999): Dos escenarios para la educación del próximo siglo, México, Noriega Editores.

Hodara, J. (1980): Los estudios del futuro: Problemas y Métodos, México, F.C.E. Editores.

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Mojica, F. (1999): La prospectiva: técnicas para visualizar el futuro, Colombia, Editorial Legis.

Rojas, M. (1999): Educación en el siglo XXI, México, Noriega Editores.

[1] cf. Guerra, D. (1999). Dos escenarios para la educación del próximo siglo. Pág. 19.

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